Desde el primer instante en que Aston Martin y Fernando Alonso empezaron a marcar diferencias con el resto de grandes equipos (Mercedes y Ferrari principalmente) algunas dudas empezaron a surgir en el paddock de la F1. Todos querían saber el secreto del éxito de la escudería de Silverstone.
Ahora esos mismos que deseaban descubrir la fórmula mágica son los primeros en señalar al alerón delantero del AMR23 como una de las piezas clave para que Aston Martin consiguiera alcanzar el segundo lugar en el mundial de constructores.

La FIA observa
Montreal es hasta el momento el último lugar en el que Alonso y Aston Martin han celebrado conjuntamente un podio, acabando tras Max Verstappen en segunda posición. Desde ese instante en el circuito Gilles Villeneuve en el que el AMR23 recibió (según el propio Dan Fallows) la evolución más importante de la temporada, todo ha cambiado en la escudería de Silverstone.
Desde el equipo apuntan a que no han sabido reinterpretar ese “cambio” y aprovecharlo en los otros Grandes Premios (Austria, Gran Bretaña y Hungría) en los que Alonso se fue alejando nuevamente del podio.
Ya al inicio de la temporada los técnicos de la FIA empezaron a observar de cerca las evoluciones de los equipos, en especial en las alas delanteras y sus distintas composiciones específicas. Pero sería a partir de la prueba disputada en Bakú cuando el control empezó a ser mucho más intenso.

Los alerones delanteros no tenían problema alguno en pasar todos los controles técnicos en estático, algo que cambiaba totalmente en plena acción en pista. A la FIA empezaron a llegarle imágenes de algunos de esos elementos que se mostraban flexibles, en especial los flaps, y que eran capaces de cambiar hasta su ángulo de incidencia en función de la velocidad que llevaran y por supuesto de la carga aerodinámica establecida.
Se comenta incluso que los equipos recibieron una notificación oficial firmada por el propio Nikolas Tombazis (director de monoplazas de la FIA) en la que se les solicitaba que eliminaran esos flaps flexibles y corrigieran rápidamente la solución que habían encontrado. Entre las escuderías que recibieron la carta se encontraba Aston Martin.
Objetivo Singapur
La FIA no podía declarar “ilegales” esos alerones flexibles del AMR23 y otros monoplazas, ya que todos cumplían a la perfección con las reglas establecidas en las verificaciones técnicas previas a cada Gran Premio.
Pero encontraron un punto en el que fijar su solicitud de cambio. El artículo 3.2.2 del reglamento técnico del Mundial de F1:”Todos los componentes aerodinámicos o de carrocería que afecten al rendimiento aerodinámico del automóvil deben estar fijos e inmóviles con respecto a su referencia definida en el artículo 3.3. Además, estos componentes deben tener una superficie uniforme, sólida, dura, continua e impermeable en todas las circunstancias“.

Reglamento en mano, la FIA comenzó a actuar, y eso afectó directamente a Aston Martin. Con ello se perdía la ventaja generada tal vez en todas las horas trabajadas en el túnel de viento a lo largo de los primeros meses de la temporada. Una época en la que la escudería de Silverstone tenía más horas que sus rivales a causa de la séptima posición final en el mundial de constructores 2022.
Hay quién apunta a que los ingenieros del equipo han sabido reinterpretar las exigencias de la FIA y han trabajado duro para conseguir una soluciones que empezarían a llegar en Zandvoort y Monza, pero que darían sus frutos en el trazado de Singapur. Una pista muy adecuada para las características especiales del AMR23 y posiblemente la “ultima” ocasión para que Alonso opte a la “33” esta temporada.
Sea como sea en ese circuito el monoplaza estrenaría una nueva configuración de ala delantera que le serviría para afrontar con algo más de expectativas la segunda parte de la temporada para intentar cerrarla con mejores resultados.