Un nuevo día nefasto para los planes iniciales de Audi en el Dakar 2023. La séptima etapa ha sido el escenario para que el único de sus coches que todavía quedaba con opciones en la prueba tuviera problemas.
Por otro lado la estrategia de Toyota daba sus frutos, y Al-Attiyah se planteaba la jornada con un control absoluto dejando que otros arriesgaran y cediendo 19:12″.

Elkström se suma al caos
En Audi ya deben creer en la popular frase: “cuando las cosas van mal, tal vez aún pueden empeorar”. La etapa de ayer fue un claro ejemplo para la marca alemana.
Tras los accidentes de Peterhansel y Sainz un día antes, todo se esperaba mucho más relajado en la especial. De hecho en el equipo estaban muy atentos a lo que sucedía en pista.
Mattias Ekström, que había salido al ataque para intentar ganar posiciones en la general y acercarse a ese objetivo del podio, vio como todas sus esperanzas se esfumaban en el kilómetro 196.
Un impacto contra una piedra destrozaba un brazo de la suspensión trasera izquierda de su Audi. La avería fue tan importante que reparar los daños tuvo un coste superior a las tres horas.

Sainz al rescate
Carlos Sainz y Lucas Cruz estuvieron luchando por la victoria en la etapa. El gran trabajo de sus mecánicos durante la madrugada para reconstruir el Audi les permitía tomar la salida.
En los primeros compases de la especial su ritmo parecía correcto e ideal para pensar en una posible victoria. Pues pasaron segundos scratch por el kilómetro 90 de recorrido.
Todo cambió al llegar al punto en el que Ekström estaba parado tras el golpe con la piedra. El equipo español hizo su labor, detenerse y ayudar a su compañero a reparar en lo posible los daños sufridos.
Sainz y Cruz perdieron al final 3 horas y 28 minutos y desde ahora tendrán la labor de mantenerse cerca de Ekström. Las órdenes de equipo se han especificado por si el piloto sueco tiene opción de recuperar tiempo.
Algo complicado que no imposible, ya que el sueco caía hasta la 18ª posición en la clasificación general a 4 horas y 49 minutos del líder, Al-Attiyah.

Estrategia de control
Precisamente el qatarí tuvo una jornada totalmente tranquila. En parte por la estrategia planteada por su equipo de no atacar y controlar en todo momento la situación para evitar riesgos en la etapa maratón.
Con tanta calma se lo tomó Al-Attiyah que permitió que le adelantara Loeb en los primeros kilómetros del recorrido para que abriera pista.
Esa era una de las órdenes que tenía el piloto de Toyota, ceder la primera posición al francés ya que la próxima etapa se plantea más complicada y peligrosa.
Por eso al final Al-Attiyah cedía sin problema una razonable cantidad de tiempo para que otros fueron los encargados de enfrentarse al recorrido en la próxima especial.
