El circuito italiano de Adria fue el escenario donde el joven Max Verstappen conseguía ayer la Super-Licencia FIA tras recorrer más de 300 Km al volante de un Toro Rosso del año 2012, completando un total de 148 vueltas al trazado de 2,702 Km.
Verstappen estuvo toda la jornada realizando diferentes simulacros de pit stop o salidas controladas bajo la atenta mirada no tan solo de los responsables del equipo Toro Rosso, sino también por observadores FIA que debían certificar la distancia mínima recorrida por el holandés para que pudiera acceder a la licencia.
Asimismo Verstappen tuvo la oportunidad de probar diferentes compuestos de neumáticos, sobretodo por la mañana cuando el bacheado circuito de Adria todavía presentaba zonas mojadas por la lluvia nocturna. Ese fue el momento para Verstappen de probar el Toro Rosso con neumáticos intermedios, mientras que por la tarde con la pista totalmente seca, el joven holandés tuvo ocasión de sacar el máximo rendimiento a los neumáticos slick.
Steve Nielsen, el director deportivo de Toro Rosso, se mostró muy contento con el resultado del test de Verstappen: “Ha sido su primer test real en un F1 y Max ha realizado un gran trabajo, parecía que había pilotado un F1 hace ya mucho tiempo. No ha cometido errores y todos los consejos que ha recibido los ha aplicado de forma correcta”.
Por su parte Max también mostraba una satisfacción máxima por el trabajo realizado en Adria: “Estaba deseando que llegara este día. Ha sido una gran oportunidad y además he podido trabajar con Xevi Pujolar que será mi ingeniero el próximo año. Ya estoy deseando volver a subirme en el Toro Rosso lo antes posible”.