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Verstappen abre otra vez la herida en Red Bull Racing

La actitud de Max Verstappen durante la parte final del GP de Jeddah ha vuelto a abrir una gran herida. La que ya parecía cerrada en el equipo Red Bull Racing.

Checo Pérez lideraba la prueba con control de la situación sin tomar riesgos rumbo a una victoria merecida. Sumando el punto adicional de una magistral vuelta rápida que le habría dado un total de 26 para su casillero personal.

Todo iba perfecto hasta que a Max le entró la curiosidad por saber quién era el poseedor de ese punto extra y vital.

Verstappen abre otra vez la herida en Red Bull Racing

Max no sigue las reglas

En la vuelta final el holandés no dudó en arriesgarlo todo por conseguir bajar el crono de Checo. Y lo hizo en una clara demostración de poder ante el equipo.

El piloto mejicano no salía de su asombro al hablar con su ingeniero por la radio que le comentaba lo sucedido con un Max que claramente no había atendido a las peticiones del equipo.

No estamos en absoluto preocupados por eso en este momento, Max“, respondían ante la insistencia de Verstappen sobre quién era el que ostentaba la mejor vuelta al trazado.

Sí, yo lo estoy“, contestaba rotundamente el holandés. En ese instante el equipo le dio el tiempo que había marcado Checo que era un “32.1”.

En la última vuelta, el neerlandés batió el crono para firmar un 31.9 y mantener el liderato en solitario al frente del Mundial de pilotos.

Un punto de oro

La acción de Max demuestra que no quiere ceder ni un centímetro de terreno en su posición dentro de Red Bull Racing frente a Checo Pérez. Ese punto adicional de la vuelta rápida en caso de haberlo mantenido el mejicano le habría dado el liderazgo del Mundial por delante de Verstappen. Y eso no entraba en absoluto en los planes de Max.

El actual 44 a 43 a su favor en el casillero tras las 2 primeras pruebas del Mundial habría sido precisamente en orden inverso favoreciendo a Checo.

Verstappen no acepta que la atención del equipo se pueda dirigir a nadie más que a él. Sus dos títulos mundiales le hacen creer que debe seguir siendo el centro absoluto de todo lo que suceda en Red Bull Racing.

Pero la imagen del holandés bajando en solitario las escaleras tras recibir en el podio el trofeo de 2º clasificado tienen mucha importancia.

Contrastaban directamente con las de alegría y compañerismo de los mecánicos entorno a Checo en ese mismo descenso apenas 30 segundos más tarde.

La quinta victoria en la carrera deportiva de Pérez es un punto de inflexión que va a marcar el devenir de lo que nos queda de temporada. Desde ahora muchos tienen claro que Checo no es un piloto al que “apartar” en pista o “tenerle” como la pieza débil en el engranaje.

El tiempo de cambio empieza a llegar a Red Bull. Y ya hay voces con criterio en el paddock de la F1 que aseguran que éste va a ser un gran año para Checo.